LA MANO QUE APRIETA

martes, 6 de septiembre de 2011

hormigón armado

Mi brutalidad fue, finoli. Hubo una elección de forma de vida, entre la escapatoria y la comodidad. Mi bestialidad fue lo contrario a la del comerciante que le vendía aire al que se estaba asfixiando. Si bien asumí los comportamientos normales entre caminantes, enmarqué un protoñoqui existencial que prescindiendo de los formalismos del aprendizaje esencial, lo incorporé por compulsión. En consecuencia entendí menos que menos y perdí el interés por las informaciones consecuentes que seguían describiendo la nada como si fuera algo.
El arte de desagradar es cómodo. Abriga en invierno y refresca en verano.
Acabo de bañarme y reflexiono.

Foto de archivo. Década del 60.

2 comentarios:

El que fuera secretario privado de Perón, no se llevaba bien con Evita.

Compadre,que si estoy ahi no más le doy unos trompis para que amaine,o nos amanecemos montes con unos pulques?
De que reflexión habla mi Cuate?
De la que le dejan los frijoles negros con las carnitas y tripa,regada con las iguanitas bien heladitas? Y se le subleva el vientre y se conviente en una bolsa de pedos?
O Ud.esta ahurita en plan de cavo gracioso?
La verda,por que no lo entiendo mi Cuate......