LA MANO QUE APRIETA

jueves, 4 de agosto de 2011

Evidentemente es así.


El momento tiene la dimensión material de un día entero y es un momento de silencio inmenso. Inmenso como aparenta ser la conjunción de los océanos ante un espermatozoide hecho carne.
Basta comprender que eso está sucediendo para quel silencio se convierta en alboroto, en caja de Pandora despanzurrada a los cuatro vientos.

Cuaderno N0. 2 (1979)