LA MANO QUE APRIETA

viernes, 18 de marzo de 2011

2 = e


Se suele decir: "¡Es que es así!" Y el que habla no sabe lo que está diciendo. Al respecto el interlocutor (el escucha) sirve para que el que habla, hable consigo mismo.
Por eso es común escuchar horrores y abominaciones en confesiones espontáneas. Confusiones espontáneas. Combustiones espontáneas.
Sucede con los interlocutores al escabeche. Están tan saturados de materiales espirituosos que resuman despropósitos nunca originales. Los condimentos y otras desvirtuaciones, los llevaron a ello.
E ahí que entonces se dice: "¡Vamos a ello!" Y nadie sabe adonde va.
La vanidad florece bajo el sol, florece bajo la luna. Pasatiempo de pasatiempos.

Reconstrucción con color de la cara de Calígula, del aspecto original que debió tener en vida.

comentarios:

Alberto Londres dijo...
13 de julio de 2011, 6:29
 

¡Calígula! Viejo y querido muchacho... Cuánto te amé a través de Camus...