Mañana de domingo.
Anthony Quinn en "Zorba el griego" dijo quel peor pecado que puede cometer un hombre, es no satisfacer el deseo de una mujer. Me lo tome a pecho, jamás olvidé la expresión intensa de Quinn al decir eso. Esa toma cinematográfica -junto con otras- fue un axioma de mi santuario interior. Claro que el resultado fue al revés. Cuando pienso en las mujeres que dejé de a pie, me sé sin perdón de Zorba.
La relatividad de las cosas funciona como consuelo. De la misma forma, el peor pecado de una mujer es no satisfacer el deseo de un hombre. Esta realidad -también inversa- construye las ausencias...
Perdí el camino que no conocí. Que creí no conocer en mi crianza misteriosa.
comentarios:
14 de noviembre de 2010, 8:23
Es un conflicto tan real como eterno. A mi siempre me va a quedar la duda de si perdí a alguien en esa ansiedad por hacerlo todo.
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