LA MANO QUE APRIETA

domingo, 24 de octubre de 2010

islas


Una vez una lancha motora, en Brasil, fue desde una costa al norte dese país hasta una isla rodeada de mar violento y hermoso. En la isla se desarrollaba una fiesta a la que los viajeros no debieron haber ido.
Otra vez, una lancha comercial del delta del Tigre, en medio de una noche, dejó a los viajeros en una isla equivocada. Se desató una tempestad. Entonces aparecieron dos historiadores protectores, que le explicaron a los navegantes errabundos, quel pasado había muerto.
También hubo un barco que llevó a los viajeros desde el puerto de Colón (Panamá) hasta la isla de San Andrés. Los transeúntes huían de problemas legales y viajaban por mar acarreando un automóvil antiguo. Meses más tarde viajaron nuevamente en barco, desde la isla hasta Cartagena (continente sudaméricano). El viaje duró tres días y en medio del mar, un mar tranquilo y soleado con el mismo horizonte deslumbrante en los cuatro puntos cardinales: el mar y el mar, la felicidad duró una eternidad. El barco era pirata y además de viajeros clandestinos que pagaban pasajes baratos, transportaba armas.
Los viajeros siempre eran otros, aunque alguien hilara los hechos.

Pintura de Kat Enrique Calle, "Isla", publicada por Franco Galería. Bogotá. 1999.

2 comentarios:

Para saber qué. No hay que saber.

esta pintura de calle es hermosa.
strela