la multiplicación de las llaves
Cuando en el Hogar clausuraron la habitación matrimonial del Sergio y la Santiaga, les quitaron las llaves. Eran dos. Una se guardó en el "Tesoro" de la institución y la otra me la dieron a mi con la responsabilidad de que en ningún momento les abra a la Sergia ni al Santiago, sin la presencia de alguna autoridad de la institución.
En mi celo, guardé la llave en cuestión en algún lugar seguro de mi casa. Cuestión que cuando tuve que ir a abrir para que Santiago recuperara alguna ropa, ninguna de las llaves que llevé en mi llavero abrió la pieza. Hubo que tramitar en el "Tesoro" la permisión de usar la llave allí custodiada. Abrimos, cumplimos con el menester. Cerramos y dejé la llave nuevamente en el "Tesoro".
Hoy Eduardo me convocó para que fueramos a ordenar todo, sacar todo. "Traé las llaves" me dijo y yo, por las dudas llevé todas las llaves que encontré (alrededor de doce acitras).
Llegamos y no encontramos a Santiago. Pero abrimos la habitación.
Entonces sucedió el milagro: la primer llave que usé, abrió la puerta. Me extrañó. Volví a cerrar y a abrir nuevamente usando otra llave: la puerta se abrió. Probé todas las otras llaves y todas abrieron la cerradura. Cerradura que en mi primer visita me resultara inexpugnable y ahora mi docena de llaves distintas, todas abrían.
A Eduardo este fenómeno no le extraño ni le pareció comparable con la multiplicación de los panes y de los peces, del Cristo. Me dijo: "Me parece que le estás dedicando demasiado tiempo al blog. Que deberías dedicar esa energía a algo más importante para vos".
2 comentarios:
14 de octubre de 2010, 18:20
En realidad, no es que no me maravillé con la multiplicación de los bronces, solo que era algo que yo sabia perfectamente que sucedía por obra y gracia de Sergia, la beata.
Primero hubo una sola llave la cual quedaba con quién permanecia en la habitación, o sea Sergia que tenía prohibido salir. Pero Sergia salía, o se quedaba, y como es sorda, daba lo mismo, Santiago volvía y nadie le abría la puerta.
así se resolvió que hubiera 2 llaves, una para cada uno. Cuando vino el desalojo de la habitación matrimonial, las autoridades dispusieron de los cerrojos, quedando una llave con Yoel, y la otra con las "Autoridades". Ahí es cuando entra la maravilla.
Por un lado, Santiago, seguía afecto al lugar original, y no le gustaba bañarse en dónde lo habían dispuesto, entonces circulaba por los kilómetros de pasillos , semidesnudo y desgreñado para ir a bañarse a su lugar preferido, y Sergia por su lado, también prefería su lugar original , y con llaves
que misteriosamente fabricaba, creaba, o le aparecían como epifanías, entraba a la que fuera su habitación y permanecía, a veces con Santiago, un rato, o más. Todo esto maravillaba a las autoridades, pero dejó bien en claro, que ni una puerta, ni una cerradura, eran obstáculo para penetrar en el circulo mágico. Las llaves se seguirán multiplicando y posiblemente superen la capacidad de esa habitación, y luego irán a que les rindan cuenta, la Institución, y las Institucionales.
Yoel, no te asustes, la cosa no es con nosotros.
15 de octubre de 2010, 5:30
Es realmente imposible quedarse sin ideas, ya que estas se encuentran en todas partes. El mundo esta lleno de ideas geniales...
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