LA MANO QUE APRIETA

martes, 12 de octubre de 2010

el camino a través de los aloes

Es el que han construido los gatos para desplazarse a través deste matorral espinoso y suculento que hay en casa.
Los aloes tendían a encimarse unos con otros, endureciéndose sus hojas y afiladas puntas, haciendo sangrar fácilmente a cualquier mamífero que se acercara a él. Así cada vez que cortaba una hoja para usar su savia, esta me pinchaba y yo sangraba.
La furibunda rosca de aloes dividía el paso entre la escalera y un terraplén apacible y deshabitado.
Los gatos amaban ese terraplen, pero para llegar a él debían dar saltos ornamentales exagerados o lastimarse las pieles.
En un principio los vi comenzar a pasar dificultosamente, entre los aloes impenetrables y la pared. A los pocos días los agresivos vegetales que se encontraban contra la pared, estaban destruidos y sus espinas eran blandas. Las del otro lado del cantero seguían duras.
Merced a la persistencia y metódicos meados, los felinos habían armado el camino a través de los aloes y usaban el inexpugnable terraplén para tomar sol, lamerse y a través desa vía, alcanzar terrazas vecinas.

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