la información periódica
Llevar un diario personal es un acto similar al de la publicación cíclica, de por ejemplo el New York Times.
Sucede con el mensaje encerrado en una botella a merced de las olas del mar. Cuando alguien abre esa botella que tal vez soportó siglos y climatologías, encuentra una disertación filosófíca, un saludo, una maldición, un tesoro, un duende que devora al que lo libera... Encuentra lo que estuvo guardado.
Lo mismo sucede con el ejemplar de New York Times que la permisividad global digitaliza ante el afortunado o desafortunado, lector.
Cuando Rachilde cuenta las aventuras del farero que ama los cadáveres que los naufragios acercan a las orillas del faro a su cargo, este romántico solitario, todos los días destina (arroja) a la inmensidad profunda, una botellita sellada, conteniendo sus sentimientos íntimos, y en el faro propiamente dicho, mantiene una bitácora con informes técnicos.
Rachilde en un grabado de 1917.
2 comentarios:
21 de septiembre de 2010, 5:13
Los fareros solitarios son piezas de un lejano pasado. Pues ya no quedan islas vírgenes para misántropos. Las últimas las usaron para experimentos nucleares.
Lo cierto es que los mensajes brotan sin descanso y quedan latiendo en el éter.
21 de septiembre de 2010, 6:16
Rachilde, en "La torre del amor" (publicada así traducida por Zig Zag de Chile), tal la novela del farero, no hace mención ni a la bitácora ni a las "botellitas" al mar. Si, describe los actos carnales íntimos del farero con los cadáveres salados de mujeres, que son percibididos por el nuevo aprendiz de farero. Que una vez fallecido el viejo titular, copia sus manías sexuales.
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