A cona da lora.
Puede que venga de alguna publicación de Bruguera o de Columba. Realizada la gráfica, la impresión era una consecuencia llana. Sin embargo nadie (nadie como ignoto consumidor de historietas) recuerda las aventuras del "Capitán Halcón": Un imaginario travesti apátrida que llamaba a su mascota "halcón", cuando en realidad se trataba de un loro. Más precisamente, una lora.
Cuando el capitán ingresaba a una acción historietística, lo hacía a la voz de: "¡A cona da lora!".
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