LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 28 de julio de 2010

música clásica

Lola y Laura se fueron de paseo por unos días, mientras yo me quedé en Buenos Aires para atender los problemas de Santiago y la Sergia nel San Martín pues Eduardo se encontraba hasta el día de hoy, (hoy también regresan Loli y Lau), en Estados Unidos.
Cuestión quenel lugar de convivio, dejé la radio 24 horas transmitiendo música clásica. Lola pone Michael Jackson, Chakira, Lady Gagá... y Laura últimamente estaba copada con Ceratti. Durante estos días, solo, escuché únicamente música clásica y me sentí algo sintonizado conmigo mismo y el mundo.
¿De dónde proviene mi afición a estas escuchas? Mis padres me criaron escuchando a Angelillo y Miguel de Molina, también a Lolita Torres y a Gardel. Cantantes a los que sigo siendo afín. Pero, creo que mi atracción por lo clásico y lírico, se descubre durante mi amistad con el Chileno, yo saliendo de la adolescencia y él en su período delicuente, paralelo a larguísimas estadías en la Biblioteca Nacional de la calle México. Asiduamente él me convocaba a su piecita a oscuras, del conventillo de la calle Chacabuco a escuchar algún concierto u ópera que transmitían por Radio Municipal desde el Teatro Colón. La llamada "música clásica" siempre estuvo entre el Chileno y yo.
También durante la enseñanza secundaria, con mi compañero de clase, Paolo, cursábamos estadías en la piecita del conventillo de Barracas adonde vivía mi amigo con su madre y su hermano mayor. Cuando su familia no estaba, él y yo nos alcoholizábamos con vino barato y escuchando a todo volumen los discos del hermano (cantante lírico), Paolo y yo jugábamos a los cowboy disparándonos con armas y balas de verdad (apuntando a los costados, sin herirnos) con Caruso tronando en medio de la pólvora y la borrachera.
Esta melomanía se me pegó como algo natural que mantuve andando por ahí y por casa a través de los años, sin adentrarme jamás en detalles técnicos. Desconozco a propósito autores y obras. Los escucho. Hay músicas que me gustan más que otras y algunas me aburren. Pero rodeado desas casualidades auditivas, me siento mejor.

comentarios:

Ay sí, todo Cerati en la radio...Gente gritando: "Dios, llevate a Arjona pero déjanos a Cerati"...
Y sí, es una lástima, pero la monotonía...quién piensa en la monotonía!!!
Por ahí entiendo tu gusto por la música clásica, la nunca bien ponderada música DOCTA que aplasta a los monótonos y a los ignorantes.
Parece una bizarriedad jugar a cowboys con balas reales, pero alcanza lo cinematográfico con Caruso en la ebriedad.
(jamás comprenderé el uso de la verificación de la bendita palabrita para lisa y llanamente comentar)