LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 2 de junio de 2010

Primero que nada, la nada.


Los calabozos están abiertos a razón de 4.000 dólares el metro cuadrado y hay pudientes que se adjudican 100 metros cuadrados para una persona sola que quiere disfrutar su ración de pan y agua, a pleno.
Luego vienen los otros gastos, contenidos por las subvenciones por demencia, exceso de edad y pedorreo.
Estos consorcios carcelarios que fundamentalmente garantizan la contención de los internos, se construyen en terrenos predispuestos a abrirse y tragar las edificaciones en abismos sin fin.
Es una cuestión de límites impulsivos que recuerda a los caseríos que a mediados del siglo pasado se construían en la boca de volcanes centroamericanos, certificando la propiedad de las posibles erupciones.
El tiempo y las costumbres, más los excesos culturales, dejaron su huella y la carestía de los bienes terrenales responde a las envidias y despojos propios de la armonización social en curso.

Collage. 1978.

2 comentarios:

Master:
Esa es mi respuesta para el nuevo cineasta,"primero que nada,la nada".
La mano que aprieta,aprieta.
Muy bueno el relato.

Acabo de enviarle un mail al gran cineasta deste juvenil siglo, aceptando la extremada carestía de su existencia, pues él es dado a exclamar "¡Caro amigo!".