LA MANO QUE APRIETA

lunes, 24 de mayo de 2010

La suerte.


Hay dos formas de estudiar y vivir el azar: científica o instintivamente.
Dominar el destino propio y ajeno, es un abuso absurdo.
Errabundia.
La construcción de los destinos individuales confunde lo conveniente con lo inconveniente.
Aunque de raíces más viejas, la enajenación "salud, dinero y amor" se globaliza a finales de los noventas del siglo pasado.
El "hombre feliz", el ser solitario en una isla diminuta, cubriendo su desnudez con una camisa de manga larga, logró la plenitud de su suerte, instintivamente.
Lo otro, es masivo.

La muerte de don Quijote. Dibujo. 1966.

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