LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿¡Qué hace aquí tanto viejo?!"

1979. Decía el gran Curdelo: "Lo importante es cuando soy yo el que digo ´no´ a la pandereta y entonces ¡si! comienzo a tocar castañuelas. Lo importante es cuando uno supera los primeros escalones y corretea por las cornisas altas, por los gallineros que se bañan en las nubes. Cuando dejo de ser hombre y me convierto en ángel porque uso mi caldo íntimo como propulsión a chorro y no solo voy de continente en continente, sino que visito planetas novedosos, algunos húmedos otros rocosos. Defeco fuertemente sobre la tierra y viajo a la luna. Lo logro porque tengo fe y las castañuelas son mis alas"...
Esto sucedía de noche en el patio del fondo. También estaba el gran Rubén. Fumábamos tabaco y bebíamos vino exageradamente. Rubén despreciaba a Curdelo y a sus dichos. Ellos dos me superaban la edad en casi un par de décadas. Todos reíamos y yo disparaba un que otro balazo al aire.
Vivían mis padres en el piso de arriba. Mi madre bajó alterada por el escándalo y olor a pólvora. Desde la puerta nos miró furibunda y dijo: "¿Qué es esto? ¡¿Qué hace aquí tanto viejo?!"

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