LA MANO QUE APRIETA

jueves, 4 de marzo de 2010

Las tres Marías

El día de hoy venía nutrido. Ayer hablé con una abogada con respecto a mi trámite jubilatorio y me aconsejó iniciarlo yo en persona. Ir a la ANSES correspondiente a mi empadronamiento (Flores) y que si encontraba algún problema, entonces si recurra al estudio jurídico del Centro Gallego.
La sucursal del Ministerio de Seguridad Social, estaba en la Av. Del Trabajo al 3.700 y el horario era de 8 a 14 hs.
El nombre de la avenida había cambiado, ahora es Av. Eva Perón.
Paralelamente, tenía que arreglar y limpiar esculturas para la muestra, trabajar sobre "las pelotas ruedan sueltas", acomodar los espacios de la planta baja, de la alta, de la terraza, etc...
Entonces hoy por la mañana, con todo el tiempo por delante, en vez de ir a la avenida Eva Perón al 3.700, sacudí la pandereta, luego compre 100 grs. de salame Bocatti y dos litros de cerveza negra, en la heladera había queso fresco y un ramo de albahaca en un florero.
Comí y bebí.
El resto del día, sucedió caluroso y secreto.
Por la noche, Lau questaba llenando la pileta de plástico en la terraza, me pidió que suba a ver si todo estaba bien.
Yo no tenía ganas de subir las históricas escaleras de cemento. Lo hice. La pileta ni la miré. No se qué quería que viera. Meé en la rejilla y miré las estrellas. Había estrellas por todos los lados. Sobre mi cabeza destellaron protagónicas las tres Marías. Sonreí muy alegremente.
Cuando en la terraza de la calle Chile, durante mi niñez, mi padre disponía colchones para que durmiéramos a la intemperie, las tres Marías nos arrullaban el sueño, y al despertar ya no estaban. Cuando hicimos lo mismo en la terraza de la casita de Flores, también nos velaron las tres Marías. Mi padre las miraba, reía y decía: "Son las mismas que aparecían en el Viñao".
Mañana voy a atender la librería fantasma.

0 comentarios: