LA MANO QUE APRIETA

martes, 23 de febrero de 2010

A veces el turismo costoso sirve para poder dormir.

Un pensamiento tipo ectoplasma digestivo, fue agradecerle a la vida por haber dormido bien, o creer haber dormido bien, pues cierta ética compulsaba a dormir mal y a no hacer lo que debía ser hecho.
"Gracias a la vida" es una composición de Violeta Parra que divulgara, entre otros intérpretes, Mercedes Sosa; y la difusión de cualquier concepto, distorsiona ese concepto. Sin embargo la letra de Parra es buena, es honesta y si no fuera por lo que la destruye (su divulgación) no se entendería de que hablo (la letra si se entendería lo mismo). Pues el poema de la compositora chilena, es un ejemplo más que acompaña, digamos, a la canción protesta, el fenómeno hippie, los movimientos revolucionarios, etc., sucesos importantes que merced a su difusión son adoptados a favor de los sistemas de poder mediocre.
Pero estaba en el dormir como punto de partida. No en la felicidad borgeana del sueño para siempre. Simplemente el despertar como inicio de despabilaciones y acciones. Ese descreer absolutista en lo que se va a construir, o que ya se construyó y está tan firme en el sueño o la ideación, que llevarlo a la realidad parece una traición (arreglo económico con la mediocridad).
Estos secretos que no se revelan al imaginario colectivo, parecen egoismos,pero no es así.
Nuevamente hay que hurgar en la mitología para encontrarse a sí mismo y transformar la realidad.
Mi padre decía: "¡Haga algo útil!". Y era cierto y severo. Generalmente me estaba ordenando que pintara una pared, arreglara un caño de agua, o que cambiara los tapones de la luz. Y mi padre no era una persona condicionada por la asimilación de difusiones populares.
Cuando de despertar se trata, lo que hay que evitar, es seguir durmiendo...

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