LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 13 de mayo de 2009

Abreviación del tiempo

Constrúyase un galeón.
La parte más ardua son los comienzos hasta la formalización del armatoste y sus velámenes, su solidez.
La realización del proyecto sucede luego de la ejecución destas bases y el trabajo apunta hacia la terminación, la confirmación de que el galeón resultó ser un galeón: un objeto que puede navegar...
He ahí que el tiempo corre aprisa.
De repente hay una urgencia o varias urgencias...
Siempre y a como de lugar, la contemplación será implacable pues la contemplación es lo único que permitirá al armatoste, navegar o volar.
Por eso los plazos, los rigores cronométricos, los cumpleaños, simbolizan nuevas vidas, nuevas muertes...
"A tal hora, usted será ejecutado", o "A tal hora, usted deberá entregar el galeón".
Por supuesto, el creador de galeones no recibe órdenes, pese a ansiarlas para desobedecerlas u obedecerlas.
El proyecto y su concreción excede los plazos temporarios y su abreviatura es drástica e irreal.
No es la primera vez que sucede neste mundo que cuando alguien es citado para ser fusilado y se apersona contra la pared o paredón pertinente, suceda que no haya balas. La contemplación cobra entonces otra dimensión. La longevidad permite cobrar el galeón, en vez de hoy, pasado mañana.

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