LA MANO QUE APRIETA

domingo, 7 de diciembre de 2008

transmutación de la energía

Un joven ingeniero agrónomo canadiense, en los años setenta en Méjico, conspiraba para transmutar la mierda humana en energía. Así, donde se instalaba (generalmente zonas rurales) inmediatamente construía condensadores blindados artesanalmente para acumular las deposiciones de sus invitados.
El canadiense convidaba con comida y bebida a cualquiera sin cobrarle un centavo, con el único requisito de que el comensal antes de retirarse de su propiedad, cagara en su receptor central. El experimento parecía funcionar pues las cocinas que calentaban las aguas eran abastecidas con el gas que resultaba destas condensaciones, y el proyecto preveía proveer el combustible de por ejemplo: automotores.
El ingeniero nos acompañó a Mérida y a mí hasta un lugar sin nombre dentro del estado de Guerrero. Este lugar, la revista Time lo había designado como el sitio geográfico mejor de todo el planeta para ver el paso del cometa Kohoutec (1973). El lugar era lugar de guerrilla y cultivo de marihuana ("Acapulco Golden"). La costa y el mar. El cometa no se vió, pero como el sitio era hermoso y natural, el canadiense decidió quedarse a vivir allí "Aquí voy a hacer mi casa y mi condensador". Nos despedimos.
Un pescador que se hizo amigo mío y de Mérida, bonachonamente, nos confesó que una vez que nosotros nos fuéramos, al canadiense lo iban a matar.

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