LA MANO QUE APRIETA

domingo, 7 de diciembre de 2008

el tranvía es un pretexto

Una forma práctica de volver al teatro, es embozarse la cara con seda roja. Por supuesto el resto de la cobertura es negra: sombrero aludo hasta las cejas, sobretodo largo con hechura de sotana, botas cortas con puntapie de acero y chapas en los tacos.
El laboratorio experimental consiste en introducirse en propiedades ajenas y hacer oir a sus ocupantes la risa nasal trepidante, o la susurrante... Hasta lograr la total atención del público expectante, lograr el anhelo escatológico del espectador, para entonces aparecer en escena e improvisar.

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