LA MANO QUE APRIETA

jueves, 18 de diciembre de 2008

Tengo que hacer un llamado telefónico

Ayer, un museólogo desconoció la posibilidad del discernimiento infinito del ser humano. El tema era hacer o no hacer una exposición de esculturas en determinado lugar, o en otro...
"Un artista tiene que exponer", dijo.
Sospecho que para esta persona una muestra de arte se asemeja a un casamiento, un velatorio o un cumpleaños de quince.
Efectivamente, la eternidad, la aterradora y monoteísta eternidad, se aleja de mis posibilidades manuales.
Mostrar las acciones es desprenderse. Poder y fuerza que tienen las miradas en períodos de peste.
Sea como sea, quería hablar de otro tema...

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