LA MANO QUE APRIETA

sábado, 28 de junio de 2008

Erdosaín

Cadabra la morisqueta, maruja baya caballa. No se por qué. Entre vallados suceden apasionados reciclajes dentro del valle idealizado por el gato volador, el arrancador de ojos humanos, el bebedor de zafiras aortas, el gatito que reposa.

¿Por dinero vuelvo a la expresión arltiana? Mas bien es un pretexto para desentumecerme del cajón de la desvencijada cómoda adonde me guarezco del gato ese que a través del vidrio de la ventana, me mira, se relame y abre la dentadura con placer pagano. El bicho muestra la tranquilidad de saberme su alimento y yo me estoy sometiendo a un batuque expresionista y casto, con pinceladas de olvido.
El gatito es el que me trae a la realidad, a Erdosaín (el verbo) como Arlt, como yo en medio de la transmigración de las almas que se pierden, unas por simple semática y otras por un exceso de asma agudo.

Al Arlt de hormigón armado, lo voy a titular "Erdosaín" con lanceta en la fraguación lenta, junto al gato auxiliar.

comentarios:

Yoel es caro y claro a la cultura latinoamericana. Su gato siamés es una imagen de su propio espejo argentino. Yoel, el callejero teatral, se mueve entre el anarquismo sabio y la tradición. Es muy jocoso, pero no es Falstaff. Es más bien un rey burlón de los libros, que un arlequín al mejor postor.