LA MANO QUE APRIETA

sábado, 24 de mayo de 2008

Budismo

Entre las tres y cuatro de la mañana me desprendí de una pesadilla y el insomnio, comiendo leberbusch "Paladini" con galletas "Criollitas". Comí mucho porque no concilié el sueño. Al mediodía me calcé las zapatillas de las siete leguas y salí a corretear por el puente nuevo de la calle Yerbal, adonde alegres duendes asaltan a los autos que se detienen ante semáforos voladores que frenan en rojo frente a los parabrisas en curso. A eso de las tres de la tarde regresé a casa y comí un salame fuet cortándolo en hostias de diferente grosor, con galletas de salvado leudado "Granix". Ahora voy a dormir la siesta.

comentarios:

En Puerto Natales hay cuatro semáforos y una carencia total de leberbusch. Pero tengo una tía que siempre cuando a alguien le pasaba algo decía: "Por algo será".



hugo