nuevamente
Es inevitable la calma de las mañanas del durante la perinola. Sean como hayan sido los avestruces nocturnos, los confusos pajarracos metamorfos que Kafka describió como habitantes populares, y que pasadas las tres de la matina hunden sus picos cabezas y cuellos a través de las gargantas de apacibles durmientes para asomarse por sus anos y vociferar postulados de cultura brochette...
Increíblemente en mente, la mañanita da ganas de soñar.
Lola. Dibujo. 2005.-
Increíblemente en mente, la mañanita da ganas de soñar.
Lola. Dibujo. 2005.-
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