dejá para mañana lo que podés hacer hoy
Se inicia el conjuro minutos antes de la medianoche y se entra en un lapso errante que puede durar una o dos horas. En este caso particular, una hora con veinte minutos de una noche fría y sombría que ía.
Ese lapso se usa para realizar acciones no premeditadas. La noche con sus avenidas y calles está llena de asombros y casualidades.
Hay entonces un -el- regreso al refugio donde resuena el viejo conjuro: "En la puta vida volveré a laburar". Como la vida transcurrió y nunca se laburó, lo inmaculado es el mañana. Hay un recogimiento, un regimiento de gemidos que explotan e iluminan los 360 grados de la vida plana.
A esto se llega evitando hacer lo que hay que hacer, mientras amanece.
Agenda53.
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