LA MANO QUE APRIETA

jueves, 5 de enero de 2012

dos de pomelo y tres de naranja

Si bien putear a los demás es putearse a sí mismo, el camino, el sendero, es único e irremediable. La Bestia de siete cabezas es el almacenero, verdulero o supermercadista que indaga su propia consecuencia, asumiéndose, preguntando ; "¿Qué más va llevar?".
En Ciudad de Méjico (1975) un policía en moto nos apretó a Mérida y a mí por una infracción de tránsito que habíamos cometido con el auto con placas californianas, de Mérida. El apriete cesó cuando le pagamos 10 dólares. Como despedida le dije al policía: "Ahora nosotros vamos a ir al cine". Y él, arrancando su moto grande, con su casco duro y su risa de dientes blancos, nos saludó: "Por mi, vayanse a la mierda". A último momento el policía tuvo la sinceridad que el almacenero oculta.
Estos comportamientos caníbales parecieran tener una constancia científica cada vez más efectiva.
La boludez y la hipocresía, son como el cielo y el infierno. No existen pero se oponen el uno al otro sin saberse ni creerse.
Las cuentas claras se logran pagando los impuestos y tomando clases de uso de armas de fuego en Tiro Federal o academias particulares.

Pomelos y limones al escaner.

comentarios:

A mi dame: uno de picada común, un pollo chico y elegime un lomito que no sea muy grande.