calamares a la Lautréamont
Joaquín Silveyro probó un día un plato de calamares hervidos y condimentados por el Conde de Lautréamont. A Silveyro le gustaron mucho y recordó su sabor exquisito y melancólico, incluso años después de haber muerto.
Tanto el cocinero como el comensal, nacieron en la América Meridional.
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