Spiritual a cuatro manos.

Florecen los floripondios, los aloes, los malvones. Florecen enraizados al polvo y al viento, bajo el sol y la luna. Los canteros son un festejo a la vida, muy latente este sábado por la mañana temprano que ni siquiera se asoma el diarero, el tránsito vehicular parece no existir y los vecinos dichosamente enterrados en sus jardines no dan muestras de desprenderse de sus arrullos naturales.
Esto es real e ilusorio. Dentro de unos minutos estaré concretando la subversiva mezcla química de la resina poliester. El tránsito, el diarero y los vecinos saldrán a la calle rompiendo capullos, aunque las flores sigan floreciendo pues jamás habrá floreros para ellas por más poliester, vecinos, diareros y colectivos armados.
Ahí el sentido destas palabras.

Cuaderno de recortes No. 2 (fragmento). 1979