LA MANO QUE APRIETA

lunes, 31 de octubre de 2011

el vuelo del quiróptero

Ayer Lola se aterrorizó y vino a dormir entre Laura y yo. Algo negro voló a los tumbos por su habitación: "Grande y aleteando".
Por la mañana revisé el cuarto y no encontré nada. De alguna forma busqué al animalito que Horacio Quiroga describiera en "El Almohadón". "Habrá sido un mariposón. -Dije- Tal vez un moscardón gigante" Etc. etc.
Hoy a las 2 y 30 de la madrugada, con Lola nuevamente entre Laura y yo, fue Laura la que me despertó pidiéndome que prendiera la luz. Lo hice y señaló: "Allí". Sobre el borde de la puerta del placard descansaba un bultito oscuro que repentinamente movía la punta de un ala que tantas veces dibujé para ilustrar el par de libros de vampiros que hice durante mi tercera década de vida.
Con un suspiro común, Laura y Lola corrieron a refugiarse en el cuarto de Lola, a puerta cerrada.
Quedé a solas con el pequeño quiróptero. No supe qué hacer. En cierta medida los murciélagos podían transmitir la rabia y la histoplasmosis, pero en una medida mucho mayor, simplemente se alimentaban de insectos y eran tan inteligentes y sensibles como los delfines.
Cerré la puerta del dormitorio, abrí de par en par la ventana que da a la calle, apagué la luz y me acosté a mirar televisión. Estaban pasando un capítulo de Boardwalk Empire. A los pocos minutos el quiróptero empezó a volar en círculos sobre mi cabeza. La luz de la tele me permitió verlo: era magnífico y saludable. Su aleteo, sutil y preciso. Daba las vueltas sin chocarse con nada y en espiral cada vez pasaba más cerca mío. Me sentí como el pato Donald que en una de sus historietas es molestado por un quiróptero y se proteje de él, arropándose (como yo, el pato estaba en una cama) y cubriéndose con un cesto para papeles la cabeza. Yo, simplemente me arropé y no dejé de seguir el vuelo del quiróptero y entre el aleteo y los giros, me sentí en medio de un vals íntimo, me entendí viviendo algo único y maravilloso: un murciélago volaba alrededor mío. Cada vez más cerca, hasta que de pronto enfiló hacia la ventana y como una flecha atravesó los barrotes de protección y se hundió en la noche deste barrio arbolado.
Supe que el quiróptero se había ido. Entonces vine e hice (hago) lo que suelo hacer en este lugar, evocar pasados recientes o lejanos.

Clarín. Espectáculos. 3 nov. 2011.

2 comentarios:

Compadre: Me estaba comiendo mis chapulines frititos y alguito de ezpote y tequila tambien con su gusanito de agave....Y Ud.queriendo matar al quiroptero..mire Cuate,pos eso no se hace,dele su oportunidad...haber si es una alma en pena o el mismisimo Juan Valverde y Ud.lo elimina....una locura seria mi Compadre...
No lo haga pos.
¿A proposito lo vio a Pedro Paramo?
¿Anduvo por Comala?

Strauss hijo cuando compuso su opereta "El Murciélago", se basó en la experiencia que acaba de tener usted con su quiróptero. Precisamente hoy y el sábado hay una puesta muy buena de la obra de Strauss en el teatro Avenida, a las 20.30 hs.