No todo es igual.
El verano en el hombre, consiste en el intercambio de dos camisas de manga corta durante las visitas inesperadas, las explosiones, los dolores de la vida... Dos camisas sin lavar durante meses.
El verano en la mujer, es más directo aún, interior.
Agua salada de los encuentros callejeros. Crucifixiones, cuando llueve y las camisas y las mujeres y los hombres se mojan en el islote bamboleante del entrechoque de dos avenidas.
Hay un momento en la vida de los hombres y las mujeres, en el que las camisas de manga corta se cambian por las de manga larga.
Dibujo. 2009.
comentarios:
28 de enero de 2011, 14:49
Maestro: no sé que pomo habrá querido decir. Supongo que la canícula ha alterado su sesera.
Seguiré viendo a Zulma Lobato.
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