LA MANO QUE APRIETA

miércoles, 7 de julio de 2010

Todo ha quedado atrás y tomado forma.


Huevo duro, no frito, como inicio de un recuento. Origen onomatopéyico de una situación antigua, mal apalabrada. Lengua independizada, solitaria y gustativa de un mundo agradable desagradable. Pues se trataría del recuento de viejas experiencias donde se ignoraba estar amando o matando. Ya desde aquellos entonces, había algún huevo duro expuesto en un mostrador cercano, y era cuestión de ponerle sal y comerlo con actitud meditativa. Verbo aplacado ante el futuro ignorado. Intereses cortos y medias con portaligas. Entusiasmo de la imitación social, a veces en lugar de un huevo duro se trataba de ingerir una media luna, y mientras se pensaba en nada, llovía.

Collage fotográfico armado por Mabel. 1980.

0 comentarios: