Debido a las fortuitas consecuencias producidas por el hallazgo de un insecto extraño, el buscador de insectos termina encontrando un tesoro fabuloso.
El entomólogo (oligarca venido a menos) es propenso a resolver escrituras cifradas y tiene una capacidad deductiva notoria, eso le facilita el descubrimiento del tesoro escondido (los ahorros de un pirata mítico).
sábado, 31 de julio de 2010
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"Así anda el mundo": el escarabajo. |
miércoles, 28 de julio de 2010
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música clásica |
Lola y Laura se fueron de paseo por unos días, mientras yo me quedé en Buenos Aires para atender los problemas de Santiago y la Sergia nel San Martín pues Eduardo se encontraba hasta el día de hoy, (hoy también regresan Loli y Lau), en Estados Unidos.
Cuestión quenel lugar de convivio, dejé la radio 24 horas transmitiendo música clásica. Lola pone Michael Jackson, Chakira, Lady Gagá... y Laura últimamente estaba copada con Ceratti. Durante estos días, solo, escuché únicamente música clásica y me sentí algo sintonizado conmigo mismo y el mundo.
¿De dónde proviene mi afición a estas escuchas? Mis padres me criaron escuchando a Angelillo y Miguel de Molina, también a Lolita Torres y a Gardel. Cantantes a los que sigo siendo afín. Pero, creo que mi atracción por lo clásico y lírico, se descubre durante mi amistad con el Chileno, yo saliendo de la adolescencia y él en su período delicuente, paralelo a larguísimas estadías en la Biblioteca Nacional de la calle México. Asiduamente él me convocaba a su piecita a oscuras, del conventillo de la calle Chacabuco a escuchar algún concierto u ópera que transmitían por Radio Municipal desde el Teatro Colón. La llamada "música clásica" siempre estuvo entre el Chileno y yo.
También durante la enseñanza secundaria, con mi compañero de clase, Paolo, cursábamos estadías en la piecita del conventillo de Barracas adonde vivía mi amigo con su madre y su hermano mayor. Cuando su familia no estaba, él y yo nos alcoholizábamos con vino barato y escuchando a todo volumen los discos del hermano (cantante lírico), Paolo y yo jugábamos a los cowboy disparándonos con armas y balas de verdad (apuntando a los costados, sin herirnos) con Caruso tronando en medio de la pólvora y la borrachera.
Esta melomanía se me pegó como algo natural que mantuve andando por ahí y por casa a través de los años, sin adentrarme jamás en detalles técnicos. Desconozco a propósito autores y obras. Los escucho. Hay músicas que me gustan más que otras y algunas me aburren. Pero rodeado desas casualidades auditivas, me siento mejor.
martes, 27 de julio de 2010
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email a Eduardo, el diseñador de la estadía de Santiago nel Hogar San Martín. |
Hoy fue un día memorable, con una "fumigada" que no llegó a tal, pues nos conformamos con un poco de veneno en polvo quel mismo Santiago se encargó de distribuir entre sus pertenencias, dejando la "fumigada", incluido el "cebo" a tus movimientos post miercolinos, a tu regreso al Río de la Plata.
En los interines de la "dulcificación" de Santiago, la sicóloga se asomó al cuarto y vió la pululación de cucarachas. Se horrorizó, las veía salir de todos los subterfugios quenel cuarto matrimonial del Sergio y la Santiaga, parecían infinitos (miles de millones de cucarachas pequeñísimas). Consideré: "Pensemos que las cucarachas son una especie vital, como la humana". "Si, pero hay que eliminarlas". Y canchera en el exterminio de especies, agregó: "Consígase un aerosol y un cebo. El aerosol mata a los bichos superficiales y el cebo los atrae y mata los rastros". Le di un gesto de aceptación y todo quedó en cumplir la palabra.
Yo ya le había prometido a Santiago llevarlo a la parrilla a almorzar, entonces él: "Dale Óscar, rajemos a comer". "Pará, que tenemos que fumigar" "¡Qué fumigar ni que carajo! Vamos a morfar. Fumigamos después". Vos y yo sabemos que Santiago come poco, quel organismo no le dá, pero los olores son una fiesta. Al alcohol ha renunciado honradamente. Lo convencí de las primeras necesidades y fuimos primero a Easy y luego a Carrefour, porque en ambos gigantismos no había "cucarachicida" ni "cebo". Nuestra entrada a tamaños supermercados era encarando a los policías que nos veían llegar, postulando: "Necesitamos cucarachicida". Se habrán pensado que lo buscábamos para ingerirlo. Igual, los cuestionados indicaron las posibilidades que al resultado, tuvimos que conformamos con un pomo de polvo venenoso que avisoró Santiago: "Mirá Óscar, esto mata todo y sale 19 mangos". "Dale", y nos fuimos con el sorete de plástico a pudrir el hábitat de las cucarachas que según uno de los libros que me dió Santiago en la ocasión, el "Fauna Argentina Saint" de Juan Bréthes, dice: "Biaptica dubía... animales dañinos y desagradables -seguido informa algo de las cualidades destos seres perdurables que conocemos y termina- Tienen extrema agilidad y expiden olor desagradable".
Visité a la Sergia: Más dócil cada día. Me preguntó por Santi. Entonces le dí bendiciones y salutaciones. Había un montón de mujeres más enloquecidas que Sergia que esperaban una visita semejante a la mia, entonces al irme saludé en general y antes de salir, escuché: "A mi no me saludó ¿Quién es?" Entonces abrí la puerta que había cerrado y saludé al antro de abuelas medicadas. Solo una estaba atenta a mi saludo y lo correspondió con asombro hosco, casi con odio.
Con Santiago: "¿Cómo está Sergia?". "Divina. La bañan. La peinan. La medican"...
Con la asistencia social: "Quería decirles que cuenten con mi respeto y apoyo".
El hogar era un mar de sonrisas. Un maremagnun que daba a confusiones, desas que culminan en cariños espontáneos. Todo dentro de un orden ajeno a mí.
Okey. Fuí con Santiago a la parrilla, a media cuadra del hogar. Nos sentamos y atisbando las posibilidades de algun chorizo, molleja, etc., se demoraron en atendernos. Se demoraron tanto que entré a encarar a los dueños: "¿Hay parrilla?" "Si". "estamos esperando". "Bueno". Volví con Santiago y se siguieron haciendo esperar: "Vámonos Óscar. Aquí nos vieron la pinta y no nos van a atender". El local tenía apariencia de "para turistas", aunque aunciara "choripán y morcipan $7". "Vámonos".
Santiago me llevó por la zona que viene recorriendo desde hace un año. Un bordeo a La Agronomía, donde me confesó que jamás entró a pasear con la Sergia "Si serás boludo". "¿Y qué querés?"... Recién al final de La Aqronomía exclamó "¡Cagamos! ¡No está!". Evidentemente se refería a una parrilla clandestina que se armaría sobre las veredas para comer de parado "Pero... ¡Qué importa eso!"
En fin, no había parrilla y recalamos en un barcito donde conseguimos un par de huevos fritos sobre papas fritas para Santiago y una costillita de cerdo para mi. Él Coca Cola, yo una cerveza. Críticas al destino. "¿Porqué todo esto?" Asunción que Sergia está en otro lado. Que él es más actor que yo (se mostró sociable con todo el Hogar, acompañando esas sociabilidades con una gesto cómplice hacia mi "MIrá lo que tengo que hacer").
Final. Lo dejé camino al tuerto a buscar su remesa y promesas de reencontros.
Yoel
sábado, 24 de julio de 2010
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Las bibliotecas de los que leyeron. |
En los primeros tiempos de mi regreso a Buenos Aires, ensayando teatro con Mulet en el Estrellas, en uno de esos momentos fuera del tiempo que dan los teatros cuando están vacíos y cargados de cosas que no son. Confundí a Mulet (estábamos únicamente los dos) con el polaco Barzak, fallecido hacía diez años. Le dije a Sergio: "Me pareció que eras José Antonio". Entonces Sergio con voz impostada, clamó: "Deja a los muertos tranquilos ¡Yoel!" y seguimos en la esperanza sin nombre que ensayábamos.
Hoy día, soy más amigo de los muertos que de los vivos. No hay nada que me alegre más que reencontrarme con ellos... No se si "alegría" es el sentimiento correcto, tal vez "paz", no se. Esos reencontros son variables inclasificables. Todo lo que se explique sobre su realidad, es falso.
En fin, se trata de cuestiones inevitables, siempre y cuando uno siga vivo, percibiendo entre otros vivientes.
Cuando Antonio Pérez Prado muere, entre él y yo se produce un abismo infinito. La vida y la muerte no son joda aunque ambos fenómenos sean jolgorios fabulosos. Lo que queda entre las cenizas siempre es de los demás, o de nadie. Es algo que no importa pues la memoria también es polvo. Polvo que se acumula en las bibliotecas y que los inocentes que ignoran de que tratan esas apariencias, lo limpian sin saber lo que hacen. Porque así suelen ser los destinos.
jueves, 22 de julio de 2010
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Novelas o textos cortos. |
La cuestión del texto somero, escueto, casi invisible, es un pretexto que busca un hacedor para construir una novela. Generalmente se trata de cuestiones personales que el método o el impulso creativo quiere universalizar.
La carne es sangre viva y la letra o el audio: mortadela (fiambre de carne muerta). Yo, ya que andamos en lo personal, no me perdono el haber nacido. En mi primer ignorancia le heché la culpa a mis padres. Ahora como soy el único pelotudo a tiro, me perdono y perdono. Todo es un decir, no perdono.
La Sergia dijo quel Santiago la golpeaba, lo dijo delante mio, de la asistenta social y la sicóloga del Hogar: "Si. Él me pega, Y como le gusta, yo lo dejo. Que pegue lo que quiera". La cara de la Sergia nesos momentos era de extrema dulzura.
Bueno, la historieta es antigua. Santi es un hosco de mierda, pero por lo único que vive es por su Sergia, su Mujer, ese bagallo esotérico que nació en Paraguay y con el que tuvo un hijo que hoy debe tener 40 años.
No bien se entabló el diálogo cuestionatorio, Santiago lloró: "¿Cómo se les ocurre a ustedes que yo puedo hacerle algún daño a Sergia? ¿Están locos? ¡Qué desgracia lo que me está pasando!"
Hubo autoexplicaciones del personal sociosicológico: "LO que pasa es que usted nunca nos contó cómo era la cosa. Usted siempre nos mandó a la mierda cuando quisimos hablar con usted, etc." "¿Y qué tengo que contarles yo a ustedes? Yo no tengo nada que decir".
Burulú burulí, la decisión ya estaba tomada y Santiago se la bancó. Aceptó. Aceptó que los separaran a los dos y fueran el uno al pabellón de hombres y la otra al pabellón de mujeres, por que él sabe ques un desgraciado y aunque no lo quisiera reconocer, estos empleados municipales se encargaron de hacerlo.
Explicar las razones de la Sergia para decir lo que dijo, es una de las peores razones del Ser. Sergia es una estulticia mágica que hay que respetar pero no hacerle caso. Solo un imbécil o uno de los profesionales a cargo, es capaz deso.
Y, van a evaluar...
Caudal de gente mal cogida que en sus carozos, sueña con escribir "novelas o textos cortos".
Página usurpada de semanario norteamericano de principios de los setenta.
miércoles, 21 de julio de 2010
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Buen día. |
Generalmente escribo nel diario luego de la periódica lectura de noticias y el mate. La realidad del apogeo del día real, es un tranquilizante relativo a la espontánea eclosión de mi análisis de vida que no convoco pero que sucede, que me hiere con los irremediables fantasmas de la madrugada. Errores del pasado que en vez de convertirse en gestos artísticos, usan el no saber qué hacer a modo de aguarrás o cal viva sobre una reacción alérgica en mi piel.
Hay una costumbre porteña que, por suerte se está perdiendo, que es la de hacerse el boludo ante la tragedia y la inmundicia. Entonces uno no se reconoce a sí mismo y enajena formas de vida nel reino de la pelotudez humana.
La violencia y la cobardía fueron paliativos del efecto que causaron aquellos errores, aquellas mismas violencias y aquellas mismas cobardías.
Mi madre me decía: "Tú imitas a tu padre en las cosas malas, no en las cosas buenas".
Y fue y es así. Tal vez ahora no solo olvido las "cosas buenas" sino que las "malas" también. Y eso es mentira, como que siquiera la muerte permite olvidar.
Entender la palabra que hay que decir y no decirla.
Collage. 1980.
lunes, 19 de julio de 2010
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sacudio rameflex |
Inesperadamente, un sacudio rameflez me sucedió evocando a Vittorio Gassman en "il sorpasso". Lo increíble fue que el sacudio se amalgamó con un rameflez ante un recuerdo fílmico tergiverso, pues allí resultó prioritaria la versión del filme en mi memoria de espectador, ante la realidad de lo filmado. Siempre entendí como "rameflez", a la simple transmutación de las imágenes originales con las recordadas tres o cuatro décadas después. En cambio el "sacudio" es el borre de una experiencia juvenil que al repetirse en la vejez, construye un evento que aunque igual al antiguo, se asume como nuevo y desconocido hasta ese momento.
Anoche le estaba contando a mi hermano una película donde Delon hacía de comisario y Trintignant era un asesino famoso. Dije, "Trintignant..." Y mi hermano clamó; "¡Il Sorpasso!". "No, otra" y ahí nombré a Delon y le conté la escena que quería contarle:
"Hay un concierto de rock en un salón bailable. De pronto se mete entre la gente, Trintignant con cara de asco. Llega hasta el proscenio y revienta a balazos al cantante. Se da vuelta y se va con la misma expresión casi aburrida, mientras el público salta para todos lados, abriéndole camino".
Esa versión mía del comienzo de "Flic Story", fue el sacudio rameflez que me provocó reveer "Il Sorpasso" en un par de segundos cuando quería remememorar la yunta de Trintignant con Delon y no con Gassman.
Durante los tiempos del proceso militar, en Buenos Aires, el cineasta Mandrake disfrazaba en los curso de cine que dictaba, al sacudio como "Samudio" y al rameflez por "Ramírez". Incluso publicó en 1979, un texto casi anónimo: "Samudio y Ramírez en el cine XXX".
Collage. 1978.
domingo, 18 de julio de 2010
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Anoche Lola soñó. |
Anoche Lola soñó que los abuelos que no conoció (mis padres)la llevaban al Viñao. Lola viajó en un avión con los abuelos y todos los gatitos de casa.
"¿Cómo era el Viñao?"
"No se. Nunca llegamos. El sueño terminó en el avión. Lolo (el gato viejo) estaba muy mimoso".
sábado, 17 de julio de 2010
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orden cotidiano del esputo |
Habla Ramira Velazco:
"Eran dos señoras amigas mías, las dos tuvieron el mismo tipo de cáncer. Una tenía un marido que la bancaba. La otra se pasó la vida remando entre tiburones ocultos. Las dos siguen viviendo por cuenta propia y nadie amerita el porqué de sus vidas...
Por eso el reconocimiento, por eso el huevo duro nel culo, por eso ser el empleado del mes es importante para cualquier Ramiro. Ahora, si vos te pasás la vida mirándo tu culo...
"Yo estuve la mayor parte de mi vida, hasta este lunes incluído, trabajando grátis desde las ocho de la mañana hasta nunca ques el atardecer, y nadie me pagó por mi creatividad. Una de aquellas señoras nunca tuvo confianza en si misma, nunca tuvo una ilusión. La otra tampoco...
"Esputo, a veces gárgara..."
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Hoy en "Ñ" |
La columna "perlas cultivadas" publica pensamientos de la anarquista lituana Emma Goldman (1869-1940):
"El anarquismo en la única filosofía que aporta al hombre la conciencia de sí mismo, que sostiene que Dios, el Estado y la sociedad son inexistentes, que sus promesas son nulas y sin valor, ya que solo pueden cumplirse a través de la subordinación del hombre".
Collage. 1978.
viernes, 16 de julio de 2010
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garaje vestíbulo. |
Todo el frente del departamento de la planta baja, tenía el aspecto de haber sido un garaje. Yo sabía que nunca lo había sido, pero el pasado aunque de diferente arquitectura, era el mismo. El lugar era amplio, alto y vacío. Piso de baldosas, paredes, techo y apenas una canilla saliendo de una de las paredes laterales. Había algo novedoso. Una mujer joven, una recepcionista que tenía gesto amable, sentada a un escritorio escueto. De pronto la empleada aleteó y se dirigió a mi con gesto alegre, espiando por el gran portón frontal: "¡Ahí viene su madre! Parece cansada pero ya está llegando". Miré hacía la entrada esperando saludar a mi madre pero como demoraba largos segundos en aparecer, abrí la canilla y me lavé las manos bajo el chorro de agua. Lavé mis manos y cuando miré nuevamente a la puerta de calle, mi madre no apareció.
martes, 13 de julio de 2010
domingo, 11 de julio de 2010
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el blog |
Diario en línea (web: en línea, blog: diario). Podría ser una situación telefónica con escalas epistolares. Algo que aparenta estar quieto en un anonimato conservador y sin embargo, fatuamente, "resplandece a los ojos de dios". Dios sería un supervisor de empresa identificable en un vecino de la cuadra, que guarda silencio, o no.
A mi, el blog me funciona como un salvavidas en medio del mar (Una cámara neumática de camión, inflada, en medio de una tempestad oceánica). Por la experiencia de mantener el salvavidas funcionando, reconozco quel inmenso mar casi siempre me rodea por los cuatro puntos cardinales con la calma más increíble, a veces con ballenas lejanas y a veces con bombas atómicas sorpresivas que me hacen entender quel mar y el salvavidas, no son de mi propiedad.
La "propiedad" jamás existió, pero cuando uno nace y el mundo entra por los sentidos, el que nació siente quel mundo le pertenece...
El otro día, Marta Minujín alababa a un amigo de ella que había desaparecido viajando en globo por la cordillera andina: "¡Qué genial!" Yo recapacité: "Bueno... murió" Y Minujin me retó: "Y qué preferís ¿Morir enfermo en la cama de un hospital?".
El aerostato, el dirigible, el globo rojo del amigo de Minujin, se parecía a mi salvavidas virtual, con la diferencia de que el globo rojo era real.
Inflaré con hidrógeno la cámara de un neumático muy grande, y volaré sobre Buenos Aires.
CollagE. 1978.
sábado, 10 de julio de 2010
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bajar el altavoz a trompadas |
El arte de romper las pelotas no se aprende en las academias de teatro ni en las calles. El paso del tiempo es inaudito y la alegría es una mano ajena en la cintura, o el desdén, el andén, el tren.
Tampoco es cuestión de vociferar lo que a uno le parece tal o cual recuestión (teoría del requisito).
Foto intervenida. 1981.
viernes, 9 de julio de 2010
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Vanidad de vanidades. |
Hoy, entre las 8 y 10 de la mañana, limpié toda la mierda de los gatos (con las piedritas saturadas: bolsa y medio de consorcio) y acomodé unos 900 discos de pasta sin diferenciar las grabaciones ortofónicas de las eléctricas: Gardel en un bloque, tango (Maizani, Fresedo, Canaro, Tania, etc.) en otro bloque. Ópera por otro lado y Jazz, españoles y melódicos por otro.
A partir de las 10 de la matina, transcurrieron cerca de 50 minutos donde tomé mate, "leí" el diario y medité sobre las actividades inmediatas. Generalmente en mi día a día, cuando esto sucede -costumbre acarreada de los juveniles tiempos del viaje- en vez de hacer lo que tengo que hacer, sacudo una pandereta virtual. A veces con frenesí y la mayoría de las veces parsimoniosamente, y así llego a una quietud que nunca perdona por el tiempo perdido.
Collage. 1978.
jueves, 8 de julio de 2010
miércoles, 7 de julio de 2010
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Acerca del reconocimiento |
Mi relación con el reconocimiento artístico, fue singular. Muchas veces lo necesité para subsistir, por ejemplo en Quito nel 69; si todos los días no salía una nota importante sobre nuestro teatro en algún periódico, no teníamos público. Pero, en general primaba mi sobrevivencia marginal, tanto viajando como en Buenos Aires. En Méjico en 1974, el jefe de la policía migratoria me indagaba en su despacho, qué carajo hacía yo en Méjico y ni mamado le dije que hacía teatro porque recibía subvenciones y vendía entradas y eso era ilegal. Un día el comisario me atendió con el diario abierto en una página donde yo aparecía fotografiado anunciando un estreno. La entrevista se cumplió con las reprimendas de costumbre, y no me reconoció...
En Colombia dos veces sucedió lo mismo, con la visa vencida siempre traté que las autoridades no me reconocieran artísticamente para evitar ser deportado.
Estas situaciones siempre se resolvieron de formas estrambóticas y felices.
Después en Buenos Aires, cuando salí con Carrizo por televisión, con mis esculturas, me llamaron por teléfono algunos conocidos con los que tenía algún tipo de deuda.
Hasta aquí la situación no es preocupante. El problema es cuando me escrachan artísticamente y alguien me identifica (me reconoce) en cualquier delincuencia.
Asimismo una forma de pasar desapercibido, es dar la cara continuamente, como me pasó con aquel policía mejicano que se parecía a Rodolfo Valentino.
Collage. 1985.
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Todo ha quedado atrás y tomado forma. |
Huevo duro, no frito, como inicio de un recuento. Origen onomatopéyico de una situación antigua, mal apalabrada. Lengua independizada, solitaria y gustativa de un mundo agradable desagradable. Pues se trataría del recuento de viejas experiencias donde se ignoraba estar amando o matando. Ya desde aquellos entonces, había algún huevo duro expuesto en un mostrador cercano, y era cuestión de ponerle sal y comerlo con actitud meditativa. Verbo aplacado ante el futuro ignorado. Intereses cortos y medias con portaligas. Entusiasmo de la imitación social, a veces en lugar de un huevo duro se trataba de ingerir una media luna, y mientras se pensaba en nada, llovía.
Collage fotográfico armado por Mabel. 1980.
jueves, 1 de julio de 2010
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Chau librería de la calle Bolívar. |
La librería aparentaba ser un sitio balneario, tipo La Salada antigua aunque nunca tan grande, tenía zonas de arena, arboleda, y la circulación de agua como un entorno o lago. En realidad era un local a la calle, tal el de la calle Bolívar, con interiores incalculables. Se veían caballos pastando, grupos familiares haciendo algún asado a lo lejos... Los horizontes eran dudosos. Los libros estaban presentes por todos lados, acomodados entre los árboles y protegidos por matorrales, asimismo mis esculturas se asomaban entre los vericuetos del local-paisaje.
Se trataba de mi último día como titular (un arreglo mercantil dejaba todo en manos de mi socio). Siguiendo la normativa de los últimos tiempos, nadie entraba a comprar nada. El negocio valía cero, pero mi socio y yo creíamos en los Reyes Magos y aunque la propiedad inmobiliaria careciera de cualquier tipo de valor, yo me iba y mi socio se quedaba.
Entró un personaje y compró una revista de cinco pesos. El comprador se fue y yo me guardé los cinco pesos en mi bolsillo, dispuesto a no rendir cuentas por ellos.
Repentinamente entró un mundo de gente a la librería y empezó a revolver los pastizales y a maravillarse ante el descubrimiento de yerbas alucinógenas y libros colmados de palabras secretas: "¡Mirá esto!" "¡Oh!" "¡Guau!" "¡Puahj!" Las reacciones del público provocaban destellos que iluminaban la calle a través de la vidriera del local. A su vez armaban pilas de material libresco. Entonces me sugestioné. "Esta gente va a a gastar un fangote de guita. ¿Qué hago? ¿Me la quedo como tributo final, o cuando llegue mi socio, se la muestro?". Realmente me conflictué. Mi socio podía llegar en cualquier momento, pero antes que sucediera esto, la gigantesca clientela que parecía iba a gastar dinerales, dejó todo donde estaba y se fue sin desenfundar un centavo. La soledad de la librería-balneario se volvió estrujadora.
En ese momento apareció mi ex socio.
Saludable,
buen tipo...
Sin saber porqué, saqué el revólver que llevaba en un bolsillo y lo maté de un balazo en la cabeza.
Collage. 1981.