la alpargata viajera
Es un símbolo de la justicia social perdida. Mítica de un pasado no muy lejano pero no retornable, pues las ruedas que se adaptan a su corcoveo, giran.
El conductor, inmigrante español del siglo XX, usa la alpargata para viajar en el tiempo (volver a las doradas ubres de su terruño) y ganarse la vida como aguatero a través de vecindarios abasteciendo tanto la sed de sus clientes, como la asistencia terminal a los mismos, manteniéndolos con la cabeza sumergida en baldes llenos de agua de red.
El conductor de la alpargata, tiene incorporados en su inconciente axiomas y consejos que se remontan a los que le daban los padres a sus hijos, cuando venían a conquistar América: "Primero que nada tienes que caber dentro de un zapato. Luego a crecer. Crecer sin practicar el ahorro -que es cosa de gente baja- y sin pedirle limosna a nadie".
3 comentarios:
4 de enero de 2009, 5:42
No sé si la escultura está mejor que el texto o viceversa. ¡Excelente! Deme dos.
hugo
5 de enero de 2009, 4:21
Antes yo no sabía
por qué debemos todos
-día tras día-
seguir siempre adelante
hasta como se dice
que el cuerpo aguante.
Ahora lo sé.
Si te vienes conmigo
te lo diré.
5 de enero de 2009, 13:46
Este poema es peor de lo que parece.
hugo
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