Cadabra la morisqueta, maruja baya caballa. No se por qué. Entre vallados suceden apasionados reciclajes dentro del valle idealizado por el gato volador, el arrancador de ojos humanos, el bebedor de zafiras aortas, el gatito que reposa.
¿Por dinero vuelvo a la expresión arltiana? Mas bien es un pretexto para desentumecerme del cajón de la desvencijada cómoda adonde me guarezco del gato ese que a través del vidrio de la ventana, me mira, se relame y abre la dentadura con placer pagano. El bicho muestra la tranquilidad de saberme su alimento y yo me estoy sometiendo a un batuque expresionista y casto, con pinceladas de olvido.
El gatito es el que me trae a la realidad, a Erdosaín (el verbo) como Arlt, como yo en medio de la transmigración de las almas que se pierden, unas por simple semática y otras por un exceso de asma agudo.
Al Arlt de hormigón armado, lo voy a titular "Erdosaín" con lanceta en la fraguación lenta, junto al gato auxiliar.
sábado, 28 de junio de 2008
[+/-] |
Erdosaín |
martes, 24 de junio de 2008
[+/-] |
trípode |
A veces es una berengena a la vinagreta, a veces un huevo duro. Constancio Vigil afirma que siempre hace falta un tercero para que los cuentos sean lindos de veras... ¿un ramillete de apio?. Y el pez muere por la boca de forma atroz y el caviar es una realidad escatológica. El niño que camina mira hacia el agujero de su culo y ve la entrada a otros mundos. El tres es inconcebible, es el primer obstáculo en la vida que se usa para sentarse, rascar y contemplar.
Generalmente el que enajena ser feliz es el que queda en el medio, cuando el sin fin hace rato, terminó.
viernes, 20 de junio de 2008
[+/-] |
terraza sin electricidad |
Ayer fue el aniversario número 65 del nacimiento de Yodofredo (hombre-yodo, parecido al hombre lobo, pero más corrosivo, incluso, que el licántropo primogénito, el hombre lindo).
Ayer Yodofredo volvió a su terraza natal por primera vez en su vida desde que la abandonó. Subió los siete pisos por el viejo ascensor Otis y entró a la vieja terraza. Era de noche y todo estaba como era desde hacía 50 años. Las puertas metálicas estaban semipodridas, aguantaban y no tenían llave. Se podía entrar y salir de ellas, pero adentro, la luz de la luna era escasa y por ningún lado aparecía el tío Antonio, ni el padre, ni la madre, ni el hermano mayor de Yodofredo.
Continuamente el sexagenario entró y salió de las habitaciones, desesperando hasta lo insoportable. No por no poder reencontrar a sus fantasmas... El no poder prender una luz eléctrica era mortal.
Pensó: "Jamás debí haber vuelto".
Entonces murió para renacer como gato negro volador. Uno de esos felinos salvajes que habitan las nubes entre terrazas.
miércoles, 18 de junio de 2008
[+/-] |
De acuerdo. Supongamos que yo soy el papá... |
En el 2002 (¿2003?). En el 2002, Duhalde paró la mano del kilombo con el "plan trabajar" (creo que así se llamaba) dándoles una mensualidad a los que más protestaban (teóricamente los más descastados y necesitados y los más capacitados para arrebatar y barrer con los demás). Hay que considerar que los millones de atrapados por el "corralito" (Donde estoy incluido), cumplieron, cumplí, con la asunción del boludo solemne. Cuestión que a los desposeídos (maestros argentinos de la vida) les importaba tres carajos (la boludez ajena). "¡Jodete por juntar dólares mientras yo me cagaba de hambre!".
Duhalde solucionó evitó "la guerra civil". El error (los errores políticos siempre son curiosos) fue colocar en la presidencia a Kirchner. La mano era "Kirchner o Menen". El flaco una vez con la sartén por el mango, se dijo "Esta es la mía" y aprovechando el diseño de Duhalde: darle guita a los bravíos tentempíos (aparte de los negocios íntimos, la ropa interior que que se confunde matemáticamente) llegó a la escenografía de una mujer presidenta en "el granero del mundo". Ahora el problema es mantener esa dieta. Cortarla es "temor caníbal". El resto es una cantidad de resoluciones punto cinco y el veinticinco por cinco por ciento más cinco que llama la atención porque nosotros somos ustedes y la segunda cuestión es hacer algún planteo que no se si estoy de acuerdo aunque no sea el mismo mensaje... A metros del general Belgrano.
Por tener un plazo fijo en dólares, estuve preso en la cárcel de Batam y me dieron por el culo con una manguera de incendio. No porque yo anduviera caceroleando indignamente por la ciudad. Fue la terapia que obtuve por recurrir a un servicio de asistencia municipal merced a mi estado depresivo. Caí en manos de un terapeuta tradicionalista que primero que nada recomendaba el enema violento, y luego si hacía falta, quimioterapia o tés de yuyos.
martes, 17 de junio de 2008
[+/-] |
Culto de los títulos y de los subtítulos |
DEsde mi regreso a Buenos Aires, compré el períodico todos los días, salvo leves ausencias del barrio. Comprar el diario fue una de las tantas costumbres acarreadas del andar viajando. Al llegar a un país desconocido, compraba el diario más popular del lugar para empezar a conocerlo. Luego lo seguía comprando metódicamente, sobre todo si alguna página hablaba de mí.
Confieso que los comentarios que me involucraban, o los reportajes que me hiciera cualquier periodista, fueron objeto de mi relectura. Por eso, supe y sé que leí mucha pelotudez en mi vida. La esencia de mis dichos públicos siempre fueron democráticos hipócritas, mentí para subsistir. No era que mintiera descaradamente, míticamente; bastardeaba un texto remanido buscando que un público pagara una entrada, un ticket que me beneficiara.
Prácticamente no me adapté a los cambios políticos y sociales que se daban mientras pasaba el tiempo y salían las noticias, por ejemplo en Colombia o en Méjico... En Estados Unidos la prensa no me dió ni cinco de bola. Mis apariciones en la prensa o la televisión norteamericana se debieron más que nada a un "servicio para la comunidad", un servicio municipal. Tal vez, ese fue el motivo que me impulsó a huir de ese país, mientras gobernaba Nixon.
La cuestión es que hace tres décadas que volví a la ciudad natal, y durante los cambios que se produjeron en ella y en el país, compré el diario hablara de mí o no, y me cultivé como intérprete de titulares y de subtítulos, no de textos. Generalmente cuando me detuve a leer notas periodísticas completas ("Acaban de descubrir un sistema planetario nuevo", "los teléfonos celulares explotan", etc.), el conocimiento se me embargó de pelotudez, como cuando leía detenidamente aquellas notas que hablaban de mí. Por que, inevitablemente, para entender cualquier titular de cualquier periódico, hay que pasear por su texto...
Durante los días del Proceso militar, por la calle Neuquén iba hasta la esquina de Caracas y de allí dos cuadras hasta la avenida Gaona, y por años le compré a ese canillita (el Rafa) que envejecía alternando la atención del puesto con su hijo. Un día indescifrable, tal vez cuando terminó el gobierno militar y empezó el democrático, en vez de girar a la derecha que llevaba a Caracas, tomé el camino por Neuquén hacia la izquierda y entonces, cruzando Granaderos llegué a la avenida Boyacá (tal vez menos metraje de recorrido) y me hice asiduo cliente del puesto de diarios establecido en la esquina de Neuquén y Boyacá. Allí no se trataba de un canillita titular, sino más bien de un consorcio, y me llevé humanamente bien con todos los socios. Pero estos socios se fueron sucediendo. Desaparecieron los originales y aparecieron nuevos, hasta que no quedó ni uno de los viejos.
Para ese entonces ya habían pasado unos 25 años de mi regreso a casa. Entonces en la esquina derechista de Neuquén y Caracas, empezaron a ponerse todos los días vendedores mandados por el canillita de Gaona y Caracas (uno nuevo que seguramente le compró el puesto al Rafa). Por comodidad le empecé a comprar a ellos, aunque había días que por atavismo, disimuladamente giraba hacia la izquierda y le iba a comprar el diario a Boyacá y Neuquén, y cuando volvía, escamoteaba el ejemplar como para que el vendedor de Neuquén y Caracas no me viera traicionándolo.
Los vendedores del canillita de Gaona, fueron desertando hasta que al pie de la esquina quedó una señora risueña y rigurosa que se ocupó de venderle periódico a cuanto comprador de periódicos viviera a cien metros de las cuatro calles transversales.
Aunque esta señora me haga comentarios futbolístiscos (temática que nunca comprendí) en vez de hablar del clima (tema que sí estimo), pareciera ser mi vendedora de diarios hasta que la muerte (o los viajes) nos separe.
domingo, 15 de junio de 2008
[+/-] |
día del padre |
Los muertos habían resucitado, los vivos fallecido. Mirtha Legrand por televisión, lanzaba llamaradas por sus fauces. Los chicos en Europa, intercambiando pasta. Yo, temprano por la mañana, fuí hasta el boliche de compra-venta del jujeño Pí, que sea domingo o feriado, siempre lo tiene entreabierto, y por el precio de lo que vale un sachet en la farmacia, le compré una caja de doce sueros fisiológicos.
Volví a casa, me acosté, me enchufé un suero en la vena y... ¡Andá a cantarle a Gardel!
viernes, 13 de junio de 2008
[+/-] |
milagrosamente el Chileno |
Mi vecino lindero hace unos meses que tiene en venta su casa. De pronto veo albañiles entrando y saliendo por la puerta de calle. Al rato, las puertas están abiertas de par en par y veo un montón de gente. Hay mesas y gente, a la que otra gente (mujeres de pelo negro y lacio), les sirve líquidos oscuros desde teteras metálicas. Entro a la casa. "¿El vecino vendió? ¿Puso un dispensario de chocolate líquido?". Todo era mucho metal y madera que humeaba. Antes de caer de cabeza donde la gente estaba aglomerada, me mandé por una puerta que sabía conducía a un pasillo de habitaciones consecutivas. Desde la primera de ellas, vi con ojos asombrados qué estaba pasando en ese lugar.
El Chileno (milagrosamente el Chileno) había instalado una confiteria cafetería al lado de mi casa, un local muy elegante, y lo vi controlando seriamente las cuentas. Permanecí congelado pensando en escaparme silenciosamente por donde había entrado. En ese momento el Chileno me vió: "¡Yoel! -gritó y vino a abrazarme- A vos te quería encontrar. Pasá vení... ¡Vamos a brindar!". El y yo, hacia unos años que habíamos fallecido. "Chile -le pregunté- ¿Con chocolate vamos a brindar?". "¿Estás loco? Vení". Y juntos entramos al corazón de la confitería.
jueves, 12 de junio de 2008
[+/-] |
La mona Cheeta cumplió 76 años |
Pareciera que fue hace 100 años, pero no es para tanto, el diálogo sucedió en 1970 en la isla de San Andrés. Calle y yo estábamos fumando marihuana, cuando un italiano joven, mezcla de filósofo y poeta, más bien un periodista politizado, se acercó y nos dijo: "¡Qué barbaridad! ¿No? ¡Qué impresionante es ver la explotación de los negros de esta isla!". Yo, recuerdo que seguí pitando, contemplando al saludable europeo con curiosidad, y Calle le contestó: "¿Qué problema tienes, man? Cuando veas a un negro trabajando, déjalo trabajar. No lo molestes. ¡Caramba!". El italiano enmudeció. Entonces Calle siguió: "La gente cree que explotar a millones de personas es tarea fácil... ¡Nada más equivocado!".
Desde aquel lugar en la isla, el resto del mundo era una cantidad fabulosa de mar.
miércoles, 11 de junio de 2008
[+/-] |
gardel |
La caminata sucedía en Buenos Aires. Yo y un periodista español recorríamos lugares históricos de la ciudad, buscando la información que mi amigo necesitaba. Sabíamos que no nos podíamos demorar mucho pues la arquitectura se transformaba mientras tanto. Recuerdo que nos daba el viento de frente. Imprevistamente la congoja me invadió y me puse a llorar. Al principio traté que mi amigo no me descubriera, pero enseguida se dió cuenta y me consoló abrazando mi hombro. Con la voz entrecortada de un niño de diez años, a llanto pelado, dije: ¡"Quiero volver a Buenos Aires!". Y el periodista con la severidad trágica de los momentos reales de la vida, me apretó contra su pecho.
martes, 10 de junio de 2008
[+/-] |
ver blog |
El año pasado saluté la fecha de mi cumpleaños número 65. Posteriores constataciones matemáticas me demostraron que el cálculo era errado, se trataba del cumpleaños número 64.
Hoy me desperté con todas las ganancias de tiempo propias al día viernes, día en el que cumplo mi jornada laboral en la librería a partir del mediodía. Estaba a punto de emprender el viático a San Telmo, decidiendo si lo hacía en taxi o en subte, cuando me dije: "Hoy no es viernes, es jueves". Exactamente, todas las coordenadas horarias, astrológicas y mecánicas, estaban en la medianía deste jueves que transcurre y este texto ocupa sitio atemporal.
La vida es fiesta.
lunes, 9 de junio de 2008
[+/-] |
computamadre |
Los plazos se agotan aunque una "i" en medio de la "g" y la "t", agite, dinamice y dialécticamente se descubra una calvicie debajo de un sombrero. Por eso la industrialización de los pasatiempos crece y desborda, los androides ladran, la reflexión trapea, los lavaderos automáticos invitan a los turistas a conocer sus tanques y batidoras de nostálgica generación.
Dicen que dicen, que se trata de un abuso, de "la esclavilización de los idiotas útiles". Tecnológicamente, lograr que todos los teléfonos celulares en servicio, exploten al unísono. Unos como simples granadas y otros como mini bombas atómicas, hacia un despeje territorial sin remordimientos.
jueves, 5 de junio de 2008
[+/-] |
lareputamadrequetereparió |
Aunque dudosa, la clave expresiva se da por propia necesidad. Pero ¿qué día vence el plazo? OLvidarse del día en que el toro debe salir al ruedo, no va a permitir que el toro siga encerrado. Generalmente se lo posterga razonando que la muerte es cosa desconocida, que el día que viene será un día distinto al presente. Es lo que un presidente presiente usando en sus expresiones la P y la R.
martes, 3 de junio de 2008
[+/-] |
Sumatra |
El problema de la contraseña es que cuando la cabeza simula estar en el lugar que está, con la disposición de escribir las pelotudeces más inimaginables, cuando todo está dispuesto a la irreverencia y a la reverencia, a perdonar y a castigar. En ese tío momento hay que recordar la forma de una milanesa, la contraseña que permite ingresar al continente por Cartagena para enseguida partir a Macao y volver con dos o tres cueros cabelludos frescos. Y el olvido es tan automático como el recuerdo. Así un travesti boliviano le reza a Dios en las alturas: "Recuerdame en la configuración de los destinos. No digas que yo dije pues he dicho y lo repito que la caducidad de las comunicaciones idiomáticas nos lleva a la putrefacción vitalicia, la de no acabar, la confusa, la entrecomillada". O sea, los límites de la vista previa y el instinto genésico argumentan la actualización de tiempos viejos. Efectivamente, allá por los años sesenta, los pedos se tiraban con onda y los calzoncillos anatómicos retorcían nueces de Adán y los hijos se autogestionaban en páramo de nabos, estaba de moda el puré de bicicleta. La palabra "carajo" resucitaba a los Golens escondidos en los baños de Constitución y Retiro. Cuando los pedos se petrificaban, los hondazos iluminaban las vías ferreas que atravesaban las pampas y los sauces y los cañaverales. Sumatoria de días de fuerte protesta.
lunes, 2 de junio de 2008
[+/-] |
hoy jorge es motoquero |
La genética del carozo sucede entre 1975 y 1978. A partir de ahí, tanto lo inconmensurable como la pizza "grande", mitad muzzarella mitad fugazzeta, que en 2008, va a llegar en cuestión de veinte minutos. Luego, el pronóstico... Dicen que dicen que no tengo perdón de Dios aunque en las películas de vaqueros no hubiera ningún tipo de perdón mientras los años sucedían. Que al fin y al cabo, no son tantos, así como las aceitunas.
domingo, 1 de junio de 2008
[+/-] |
Bache |
Hay un bache cuando Marta está en San Francisco con Evan, y Jorge solo en Méjico saturado de cerveza, marihuana y cine barato. Seis meses dura la mejicana de Jorge. Va a Guatemala y vuelve a Méjico para renovar visa mejicana. Marta y Evan llegan, y después los tres hacen todo Centroamérica, hasta la isla de San Andrés. Allí Evan se vuelve a Estados Unidos, y Marta y Jorge ingresan al continente sudamericano por Cartagena y se demoraran un par de años en Bogotá antes de volver a Buenos Aires, adonde está el general Videla.