LA MANO QUE APRIETA

sábado, 17 de noviembre de 2007

entender lo que no se entiende

Dado que la fuerza de la palabra es capaz de convertir al planeta tierra en fogonazo de luz, es viable la publicación de libros que se difundan como pólvora encendida, unos más vendidos que otros. La pelotudez humana es magia poderosa. Los best sellers difunden claves con poderosas consecuencias, como por ejemplo sucedió con el famoso tratado de doña Petrona C. de Gandulfo que al día presente debe de haber superado cientos de reediciones, pese a sus paganismos gastronómicos.
Todo doña Petrona, esotéricamente, es una sola palabra aunque su libro contenga millares de hojas llenas de diminutas palabras, a simple vista incalculables. Esa palabra que aparenta ser mágica, no se encuentra impresa en ninguna de esas páginas y sin embargo ESA es la palabra de doña Petrona.
El que tiene ojos usa anteojos y el que tiene oídos, audífonos. Tanto Emerson como doña Petrona pusieron La Palabra al alcance de cualquiera pues cualquiera es Emerson o doña Petrona.
Como decía Calle, "las palabras sirven para callarse".

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