LA MANO QUE APRIETA

jueves, 16 de julio de 2015

fumata en el castillo incierto

Ya cuando Horacio Guarany lo dijo, hace una ponchada de años, sus palabras me sonaron a texto fundamental: "El vino es bueno. Pero que sea vino bueno". Se agarraba de la calidad del brebaje y su alegría.
Sobre estas licuefaciones espìrituales, se experimentó gigantescamente.
Hace otra ponchada de años, con un librero loco, durante un  asado íntimo, bebimos 10 botellas de un vino carísimo. Luego de la tercera botella, si lo que ingeriamos era kerosene, pegaba lo mismo -o mejor- que el elixir valioso.
La cuestión es ajena.

Horacio Guarany. 60s.

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