LA MANO QUE APRIETA

sábado, 4 de abril de 2015

Guatemala

Basta una palabra que podría ser cualquiera pero que nunca es cualquiera, para que al pronuncirla se habra una explosión de luz. Químicamente esa palabra sería como una dosis de LSD. Una palabra que hace saber todo lo que no hay que saber o que no se puede saber, que aparece inusitadamente con aspecto de secreto.
Todo lo que hay que saber sin entenderlo.
Esa palabra mágica -en este momento- es Guatemala.

Foto: V.C.

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