LA MANO QUE APRIETA

sábado, 7 de febrero de 2015

compulsión de novelar

Nora me dijo que Ringo se había ido, "¿Sabías?". Pensé en Ringo Start. Chequeé y comprobé que el beatle seguía cantando. El fallecido era el gato de Nora. Me disculpé por mi costumbre de no ponerle nombre a los gatos y entendiendo el desgarre de su corazón, no supe que decir.
Así empiezan y terminan los textos, sin saber que decir. Saber, es un castigo que se transmite.

gatos. Foto V. C.

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