LA MANO QUE APRIETA

sábado, 3 de enero de 2015

Omar Viñole destilado



La realidad es risa y llanto.
No creo en nada. Hay afirmaciones.

Es una monstruosidad decir: "Usted Está bien".
Hay ingenuos que creen que el sistema capitalista puede desaparecer.

El mundo es un negocio de compra-venta.


¿Cómo es posible que quienes viven juntos, se desconozcan?
 La Argentina está derruida porque sus mandatarios han robado futuro y esperanza.

Me cago en todos. La penitencia es colectiva. La salvación es individual.

Nuestra conciencia es un presagio de la verdad.

Las cenizas se hacen carne en el alma ruin.
No es la vida, sino lo que a mí me pasa en la vida.
Las filosofías son síntomas de interrogación.

El mentiroso es esclavo de las formas.


Lo móvil es  lo valioso en el mercado humano.

Tengo alergia a las letras y personas de este tiempo.
Beber vida, no vivirla.

No hay que tener conciencia de ninguna cosa que tenga forma.
Vencí las fronteras. Lo hice para manejar a gusto mi delirio.

No desmayar aunque nos falten todas las neuronas.
En los hombres públicos, en los estadistas, tenemos a los depredadores de la sabiduría humana.

La voz del hombre tiene la dimensión de su ternura.

No he agregado una sola palabra.
El miedo es la espuela que incitó empresas sociales.
Los torpes quieren hacer de la vida un teorema explícito.
El pueblo está siempre en el anfiteatro del circo.
Bendigo este país que me ultrajó.

Las aves que vuelan son bellas. En la jaula dan lástima. Así las ilusiones.

Hay que sembrar locura en la sangre, no en la mente. He vivido normalmente siendo anormal.

Una de las cosas más tétricas de este mundo es no saber reconocer a los crápulas.
La vejez es un instante de reflexión del sueño juvenil.

Los miserables son justos. Se informan entre ellos.
La vida es sed.

Muero en uso de mis facultades delirantes.
En la política todo es diabólico.

Los hombres se arrodillan ante un mondongo.
Todo depende de cómo preparen la trampa para atraparnos.

Desenfrenada siesta de Abel.

Tengo una duda, no se si estoy vivo o muerto.
El hombre de empresa sustituye al hombre de pensamiento.
El hombre terrígeno desapareció de la tierra.
El hombre que se cura a sí mismo, cura a sus semejantes.

Selección de los manuscritos de Viñole, con alguna corrección gramática.



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