LA MANO QUE APRIETA

sábado, 4 de octubre de 2014

podría quedarme pero no

Es trabajoso contar detalles e hilaciones que entretengan atraigan y abran los poros de la piel para que ingresen  por ellos, eñes y tulipanes. Demasiado modernismo que se avejenta inmediatamente pestañeando recordando actos esfumados, pompas glicerinas que infladas duraban a topetones entre la gente, la ciudad, a través de portales costaneras, viento y cielo. La cosa era de noche iluminando artificialmente esos pompones transparentes que tanto explotaban y desaparecían, como se adherían a la forma de los caminantes.

V. Giné.

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