LA MANO QUE APRIETA

lunes, 1 de septiembre de 2014

Matisse pintaba esculturas de pasta de papel

La transmutación de la materia en espíritu, se realiza mediante el asado, el sancocho. La cacerola grande donde se sumerge a los que sufren y a los dichosos, en un puchero inolvidable, fotografiado por aquellos que huelen, asimilan, ejecutan y diseñan catedrales.
Los caminos santos son guiados por un olorcito o tufillo lípido, grato a los antiguos que con pinceles largos pintaban nubes en los cielos.

Raquel Forner ilustrando a Poe. Viau.

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