LA MANO QUE APRIETA

lunes, 5 de mayo de 2014

sacralización del mal decir

El miedo a la palabra es el miedo a lo que esta pueda producir sobre el decidor, o sea sobre los demás.
Por eso es que hay tanta maniobra artificiosa, tanta humareda negra negra como los ojos bizcos del Júpiter cartonero
que no habla
que no dice
que revienta taxis y camiones a patadas
contracturando y descontracturando multitudes.

Irving Finkel.

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