LA MANO QUE APRIETA

sábado, 8 de febrero de 2014

pescadores de enlaces permanentes

Continúa el cuidado intensivo. No es una tarea anónima pues dos o tres personas se ocupan de revisionar o caer por sorpresa en cualquier panorama que antoje. Pescar en el albur, potable o no. Pescar, pues los cambios se aceleran y el espíritu y la materia se confunden en el centrifugado que produce el frenesí y el desconcierto.
Como traición inexplicable (o explicable), la ósmosis abre valvulas cloacales, ricas y abundantes.

Foto Calomeni.

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