LA MANO QUE APRIETA

viernes, 18 de octubre de 2013

Cataluña

Aún no entiendo qué la ezquizofrenia, habiéndome jactado de ser esquizo. Tal vez la paranoia la conceptué mejor, por la abundancia de personajes reales que acechaban con un palo para ensartarlo en el Yo desprevenido. Fuera el fenómeno preconcebido o casual.
Desde un punto de vista, seguramente melancólico, no se puede estar diciendo algunos textos. Una mezcla de hipocondría e inocencia lo impone. Son textos que inciden en los disgustos y penares humanos. Cuando se expresan esos textos, cuando llegan a la comprensión ajena, los cristianos recomiendan la confesión, los agnósticos el cambio quirúrgico de sexo... etc.
Cuando se mete la mano en bolsillo ajeno, no hay que tocar, siquiera acariciar. Y en caso de que la situación sea percibida, soplar fortísimo pito catalán.

Alice Munro publicada en Ñ 525.

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