LA MANO QUE APRIETA

sábado, 29 de junio de 2013

esculturas por sí mismas

Ayer sábado al mediodía, con un crítico, charlamos sobre el realismo en escultura. Le dije que en el caso de querer representar algún personaje, era preferible  una mala factura de cuerpo, manos, cara... a una copia mimética, pues la forma mal hecha siempre tendría espíritu y la copia exacta carecería de vida. Esto en cuanto a lo que la obra producía en el público. El crítico estuvo de acuerdo...
Como curiosidad, le comenté el caso del par de esculturas mías que luego de cobrar vida, se habían incluido en el medio bonaerense. La una muy diferente a la otra, según como se las mire, pero con una personalidad propia cada una. Esta independización absoluta del objeto fue por haber creado formas de un tamaño "natural", no más grandes o más pequeñas que la realidad, que era una forma de protegerlas, de mantenerlas bajo un  techo sin provocarles la opción de enfrentar las volteretas mundanas, haciéndose cargo de si mismas.

Calomeni photo.

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