LA MANO QUE APRIETA

martes, 7 de mayo de 2013

eutanasia

No sabía que soñaba, por lo tanto estaba a las puteadas. Había hecho el flete a la galería y me había olvidado de llevar los óleos: "Yoel con Gardel", "Omar Viñole e hija", el bajorelieve "cepillo amarillo"... No quise indagar más porque era más lo que faltaba que lo que había. "Hay que volver a casa a buscar los faltantes!" Pero volver a casa tenía la dimensión de cruzar el oceáno atlántico. Desperté sin saliva y considerando la realidad del martes a la mañana, razoné: "Evidentemente, los célebres jardines colgantes, no eran de Babilonia".

"Supermán y el faso" (detalle.

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