LA MANO QUE APRIETA

lunes, 1 de abril de 2013

cuadro intenso

Superficie blanca. No tan grande. Vacío desproporcionado. La duda y la chata (aparatosidad de defecar públicamente) separados los unos de los otros por sábanas sin viento: "Haga fuerza tratando de no sufrir". Mear es más fácil. Aunque en cualquier convivio cercano, mear y cagar son fenómenos -en sus principios- no fáciles como deberían ser.
Las campanadas de mi corazón no dejan dormir al sacerdote que reposa al lado mío. Enfrente hay un hombre que es más tubos que hombre. En vez de almohadas le acomodan cubitos de hielo. Le dicen: "No muerdas el tubo"
Estoy en la parte inicial de la cápsula y bostezo un pedo tímido.

Et, supréme hommage...

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