prestigio del asado
El asado vacuno es una coquetería caníbal. El comer carne grande a la parrilla es mérito de religiones monoteístas. Si a "dios" le agrada el olor a grasa quemada, los fieles se morfan la merca.
Hace unos siglos el asado antropofágico se practicaba al ritmo de la casualidad y las fuerzas ecológicas. Hoy es lo mismo, pero escondido (hay prohibiciones normativas). Hace pocos años, en un país de medio Oriente que recibía turismo sexual, los locales gustaban asar a los turistas a la parrilla, comiéndoselos a veces y a veces dejándolos reducir a cenizas. No extraña en el circuito americano (europeo también) la ingestión del enemigo político, aunque ante esta gastronomía también se opte por el guiso -puchero, cocido- además del asado. Como sea, el humo, el olorcito, es grato al dios bancario.
El cuerpo humano. Ediciones didácticas.
Hace unos siglos el asado antropofágico se practicaba al ritmo de la casualidad y las fuerzas ecológicas. Hoy es lo mismo, pero escondido (hay prohibiciones normativas). Hace pocos años, en un país de medio Oriente que recibía turismo sexual, los locales gustaban asar a los turistas a la parrilla, comiéndoselos a veces y a veces dejándolos reducir a cenizas. No extraña en el circuito americano (europeo también) la ingestión del enemigo político, aunque ante esta gastronomía también se opte por el guiso -puchero, cocido- además del asado. Como sea, el humo, el olorcito, es grato al dios bancario.
El cuerpo humano. Ediciones didácticas.
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