cuesco sincrético a través de las dunas
El orensano Rabito dice que no necesita que los científicos deste
mundo lo concienteticen sobre los infernales acontecimientos que se
avecinan. Que sabe dellos perfectamente por ser parte deste mundo y
andar por él. Su percepción arranca del Orense antiguo, de sus
inmersiones entre las piedras de la fabulosa catedral que anida en esa
ciudad. Y Rabito es agnóstico, más amigo del Pato Donald que de
Getulio Vargas. Cada día que pasa se parece más al Conejo Rabito de Disney,
dejando que la pelambre que protege sus posaderas de las inclemencias del
destino, asome por la parte trasera de su pantalón a modo de cola.
Aspecto que enriquecido por dos dientes incisivos grandes, le permiten ejercer
el intercambio internacional de memorabilias fenomenales con la olgura
del que pasea y sabe transportarlas entre médanos y formalismos fronterizos.
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