LA MANO QUE APRIETA

martes, 17 de julio de 2012

viejo meta y ponga

Entonces sabemos qué estamos haciendo aquí y allá. En todo caso dejamos funcionar la pelotudez como placebo y permitimos que todo se vaya a la mierda pues para eso nacemos y morimos.
De todas formas, la empanada gallega no es una sola y no todas sus facturas son golosas y exquisitas.
Es mediante los carajos que se finiquita o continua, siendo el carajo una pausa de la maldición genética.

El momo Michelin se viene a tomar un vino. Publicidad de principios del siglo XX.

comentarios:

En el hombre cultivado resalta la bondad y la perversidad. Al ignorante, si es bueno, se le llama inofensivo, si es malo: hombre de malos instintos. No se le concede siquiera el honor de conocer sus sentimientos.