LA MANO QUE APRIETA

viernes, 6 de julio de 2012

se sueña mucho pero la realidad no da para tanto

Efectivamente, por la mañana los animales soñados me estaban esperando
Revoltosos, inquietos, hambrientos
Les cociné milanesas de ternera rebozadas con ajo y perejil
Según salieron, las arrojé al aire y ellos las fueron cazando al boleo
Con dos kilos de carne satisfice el apetito de la ensoñación
Aprecié, si, que los comensales reales eran bastantes, pero cuando los soñé eran muchísimos más.

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