LA MANO QUE APRIETA

lunes, 7 de mayo de 2012

habitaciones habitadas

Los lugares donde vive la gente son ilusiones. Tránsitos más gramáticales que materiales.
Los amigos viven en los sueños.
Ir a visitarlos es una decisión, un emprendimiento aventurero donde hay que atravesar situaciones adversas e inesperadas, pues viajo en la noche hacia un lugar recordado y cuando llego a él me doy cuenta que olvidé el papelito donde había anotado la dirección. Era en un quinto piso pero al subir las escaleras, éstas solo permiten llegar al primer piso. "Será que es aquí entonces". Golpeo. Golpeo otra vez y fugazmente aparece una anciana en alpargatas que me dice que allí no hay nadie que yo conozca y cierra la puerta. Regreso a los terraplenes básicos y miro la edificación. Parece un cuadro de Portinari y realmente tiene mas de cinco pisos y en alguno de ellos vive mi amigo. El ambiente es tan ajeno que razono: "Mejor voy a casa, recojo el papel con la dirección correcta y vuelvo" Recuerdo perfectamente el papelito: un pedazo de hoja de cuaderno con los datos escritos con birome. Como mi casa es también una ilusión, regreso inmediatamente a ella salteando la odisea dese retorno. Aquí reconozco que mi amigo y yo somos un error en común.
Aún es de noche y amanece.

Agenda53 (Portada).

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